Descubriendo el verdadero (¿primer?) amor

Y digo “primer” porque nosotros mismos deberíamos ser nuestro primer descubrimiento de amor verdadero. Aprender a cuidarnos, protegernos, mimarnos, admirarnos, amarnos. Y así poder amar a los otros con plenitud, con verdad, con cuerpo y alma.

Hay un poema maravilloso: “Cuando comencé a amarme” (As I began to love myself), atribuido a Charles Chaplin porque parece que lo recitó en su 70 cumpleaños, que refleja este descubrimiento de amor propio.

Como curiosidad hay que decir que realmente no queda clara la autoría de este precioso escrito, ya que hay una poesía similar de Kim McMillen, publicada póstuma por su hija Alison en el libro “When I Loved Myself Enough”, que no se sabe si está inspirada en él, o, al contrario. Aunque Kim tuviese 15 años cuando Chaplin cumplía los 70 y salía a la luz la poesía, todavía quedan dudas al respecto ya que dicen que la forma de la escritura no concuerda del todo con Chaplin.

Lo interesante es que ambos refieren el amarse a uno mismo como la clave para llegar a vivir una vida plena. Como ese momento fundamental que te hace encontrar la verdadera libertad, y donde comienza una etapa distinta, madura, consciente y placentera.

Se describe a la perfección lo que nos ocurre cuando aprendemos a amarnos de verdad, sin miedo, sin vergüenza, sin culpas. Cómo el mundo se abre, y lo observamos con ojos sinceros y limpios.

corazón de ols del mar en el atardecer que representa el amor

Yo entiendo que habla de “intentar” en vez de solo “esperar” a que pase la vidade trabajarse, empeñarse en conocerse, de atreverse a probar emociones diferentes, de afrontar retos, proponerse mejoras, tratarse bien y amar(se) con determinación.

Hay varias versiones del poema, a mí me gusta particularmente esta que os pongo bajo estas letras, está en español y también en italiano, porque originalmente la encontré en esta lengua.

Cuando comencé a quererme

Cuando realmente comencé a amarme a mí mismo y a amar,

me di cuenta que el dolor y el sufrimiento emocional sirvieron para recordarme que vivía en desacuerdo con mis valores.

Hoy sé que esto se llama autenticidad.

Cuando realmente comencé a amarme a mí mismo y a amar,

me di cuenta de lo ofensivo que era querer imponer al otro mis deseos, aun sabiendo que no era el momento y que la persona no estaba preparada, incluso si esa persona era yo.

Hoy sé que esto se llama respeto.

Cuando realmente comencé a amarme a mí mismo y a amar, dejé de querer una vida diferente

y me di cuenta de que los desafíos a los que me enfrentaba eran una invitación a superarme. Hoy sé que esto se llama madurez.

Cuando realmente comencé a amarme a mí mismo y a amar,

Comprendí que en todas las circunstancias estaba en el lugar correcto y en el momento adecuado, y que todo lo que me pasaba tenía un significado preciso.

Desde entonces he aprendido a estar sereno.

Hoy sé que esto se llama confianza en uno mismo.

Cuando realmente comencé a amarme a mí mismo y a amar,

nunca renuncié a mi tiempo libre y dejé de fantasear demasiado con grandes proyectos futuros.

Hoy solo hago lo que me trae alegría y felicidad, lo que me emociona y me hace feliz, y lo hago a mi manera, respetando mis tiempos.

Hoy sé que esto se llama simplicidad.

Cuando realmente comencé a amarme a mí mismo y a amar,

me deshice de todo lo que ponía en riesgo mi salud: comida, personas, objetos, situaciones

y cualquier cosa que me arrastrara hacia abajo y lejos de mí mismo. Al principio lo llamé «egoísmo saludable», pero hoy sé que esto se llama amor propio.

Cuando realmente comencé a amarme a mí mismo y a amar,

dejé de querer tener siempre la razón. Y al hacerlo, cometí menos errores.

Hoy sé que esto se llama humildad.

Cuando realmente comencé a amarme a mí mismo y a amar,

me negué a seguir viviendo en el pasado o de preocuparme por el futuro.

Hoy aprendí a vivir el momento presente, el único momento que realmente importa.

Hoy sé que esto se llama bienestar.

Cuando realmente comencé a amarme a mí mismo y a amar,

me di cuenta de que mi pensamiento puede hacerme miserable y enfermo.

Pero cuando aprendí a hacerlo dialogar con mi corazón, el intelecto se convirtió en mi mejor aliado.

Hoy sé que esto se llama sabiduría.

No tenemos por qué temer contrastes, conflictos y los problemas que tenemos con nosotros mismos y con los demás,

porque incluso las estrellas, en ocasiones, chocan entre sí dando lugar a nuevos mundos.

Hoy sé que esto se llama vida.

 

Quando ho cominciato ad amarmi

Quando ho cominciato ad amarmi davvero e ad amare,
mi sono reso conto che il dolore e la sofferenza emotiva
servivano a ricordarmi che stavo vivendo in contrasto con i miei valori.

Oggi so che questa si chiama autenticità.

Quando ho cominciato ad amarmi davvero e ad amare,
ho capito quanto fosse offensivo voler imporre a qualcun altro i miei desideri, pur sapendo che i tempi non erano maturi e la persona non era pronta, anche se quella persona ero io.
Oggi so che questo si chiama rispetto.

Quando ho cominciato ad amarmi davvero e ad amare,
ho smesso di desiderare una vita diversa
e ho compreso che le sfide che stavo affrontando erano un invito a migliorarmi.

Oggi so che questa si chiama maturità.

Quando ho cominciato ad amarmi davvero e ad amare,
ho capito che in ogni circostanza ero al posto giusto e al momento giusto e che tutto ciò che mi accadeva aveva un preciso significato.
Da allora ho imparato ad essere sereno.
Oggi so che questa si chiama fiducia in sé stessi.

Quando ho cominciato ad amarmi davvero e ad amare,
non ho più rinunciato al mio tempo libero e ho smesso di fantasticare troppo su grandiosi progetti futuri.
Oggi faccio solo ciò che mi procura gioia e felicità, ciò che mi appassiona e mi rende allegro, e lo faccio a modo mio, rispettando i miei tempi.

Oggi so che questa si chiama semplicità.

Quando ho cominciato ad amarmi davvero e ad amare,
mi sono liberato di tutto ciò che metteva a rischio la mia salute: cibi, persone, oggetti, situazioni
e qualsiasi cosa che mi trascinasse verso il basso allontanandomi da me stesso. All’inizio lo chiamavo “sano egoismo”, ma oggi so che questo si chiama amor proprio.

Quando ho cominciato ad amarmi davvero e ad amare, ho smesso di voler avere sempre ragione.

E cosi facendo ho commesso meno errori.
Oggi so che questa si chiama umiltà.

Quando ho cominciato ad amarmi davvero e ad amare,
mi sono rifiutato di continuare a vivere nel passato o di preoccuparmi del futuro.

Oggi ho imparato a vivere nel momento presente, l’unico istante che davvero conta.

Oggi so che questo si chiama benessere.

Quando ho cominciato ad amarmi davvero e ad amare, mi sono reso conto che il mio Pensiero può rendermi miserabile e malato.
Ma quando ho imparato a farlo dialogare con il mio cuore, l’intelletto è diventato il mio migliore alleato.

Oggi so che questa si chiama saggezza.

Non dobbiamo temere i contrasti, i conflitti e i problemi che abbiamo con noi stessi e con gli altri
perché perfino le stelle, a volte, si scontrano fra loro dando origine a nuovi mondi.

Oggi so che questa si chiama vita.

 

Esta es otra versión que quizá es la más conocida en español:

Cuando comencé a amarme

“Cuando comencé a amarme
comprendí que en cualquier circunstancia,
yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta,
y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme.
Hoy sé que eso tiene un nombre… Autoestima

Cuando comencé a amarme,
pude percibir que mi angustia,
y mi sufrimiento emocional, no es sino una señal
de que voy contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es… Autenticidad

Cuando comencé a amarme,
dejé de desear que mi vida fuera diferente,
y comencé a aceptar todo lo que acontece,
y que contribuye a mi crecimiento.
Hoy eso se llama… Madurez

Cuando comencé a amarme,
comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona,
sólo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento,
o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es… Respeto

Cuando comencé a amarme,
comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable:
personas, situaciones y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo.
De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo.
Hoy se llama… Amor Propio

Cuando comencé a amarme,
dejé de temer al tiempo libre
y desistí de hacer grandes planes,
abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta,
cuando quiero, y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es… Simplicidad y Sencillez

Cuando comencé a amarme,
desistí de querer tener siempre la razón,
y así erré menos veces.
Hoy descubrí que eso es… Humildad

Cuando comencé a amarme,
desistí de quedarme reviviendo el pasado,
y preocupándome por el futuro.
Ahora, me mantengo en el presente,
que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.
Y eso se llama… Plenitud

Cuando comencé a amarme,
percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme.
Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón,
ella tiene una gran y valioso aliado.
Todo eso es… Saber Vivir

No debemos tener miedo de cuestionarnos,
de hecho hasta los planetas chocan,
y del caos suelen nacer la mayoría de las estrellas.”

Son todas versiones del mismo poema, interesantes y muy muy bonitas.

Dan nombre a la autoestima y a la confianza en uno mismo, a la autenticidad, a la madurez, al respeto, al amor propio, a la sencillez, a la humildad, el bienestar y la plenitud.

Una oda a la vida que habla de ese que debería ser nuestro primer amor verdadero, ese tan esencial, tan personal y tan propio.

Ana Sainz-Pardo

 

Foto de Hernan Pauccara

Deja un comentario